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divendres, 30 d’abril del 2010

Trinidad T y Glenlivet 15 años



Si novedad es el Trinidad T, no es menos novedoso el triunfo del whisky Glenlivet 15 años (French Oak Reserve) que apenas hace unos meses consiguió la Medalla de Oro en concurso mundial San Francisco World Spirit.

Por ello hemos traído hasta nuestra sección de maridajes esta conjunción en la que nuestro habano de lanzamiento más reciente no va a competir con el whisky, sino que se han hecho compañía a lo largo de casi una hora.

El Trinidad T es un habano ideal para aquellos aficionados que no deseen una fortaleza de alto grado, que en su formato de robusto más clásico, con sus 124 milímetros y su cepo 50, recaba nuestra atención por tratarse de un cigarro cuidadosamente torcido, con personalidad.

El Glenlivet es un whisky de las tierras altas de Escocia, que sin embargo se añeja en barricas de roble francés Limousin, mas habitualmente utilizadas para los vinos de Borgoña o los armañacs, con un color dorado suave, por el que no pareciera haber pasado los tres lustros de envejecimiento.

Al aroma herbáceo de nuestro Trinidad antes de encenderlo, se conjugan los aromas al viejo roble y las vainillas que dejan su rastro en nuestra pituitaria, asimilándose el rasgo carmelita de la capa del habano.

Tras el encendido del puro he decidido añadirle al whisky algo de agua, porque mi amigo Sergio -que sabe mucho de singles malts- me convenció para aunarlo mejor con este habano sabroso pero no fuerte.

La intensidad justa y profunda del robusto nos acompaña mientras probamos el escocés, que en sus comienzos tiene un aroma intenso y ligeramente dulce, que deja un sesgo cremoso y lleno de matices incluso frutales.

Conforme avanza la combustión del Trinidad T, se mantiene lineal su pujanza de sabores, mientras que el Glenlivet avanza en nuestra digestión abriéndose a diversos matices entre los que aparece cierta mezcla de hierbas aromáticas.

La estricta observación de los aromas, que no de su fortaleza, hace que el habano acompañe bien al whisky en el que a pesar de ser un malta los ahumados se diluyen en el paladar al mezclarse con el humo del cigarro.

Los últimos compases de este ayuntamiento de habano y escocés vienen marcados por la permanencia de los aromas del cigarro y algunas notas cítricas que aparecen con la mezcla de whisky y agua ya bastante mermada.

El Trinidad T y el Glenlivet 15 años se acompañan bien en los restos de una sobremesa en los que no haya presura por acabar ni el habano ni el escocés.

font: club pasión habanos.

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