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Aquest es el bloc de l'estanc nº2 de Vilanova del Camí. Aquí hi trobaràs opinions, curiositats i coses que ens fan gràcia. Mirarem que siguin coses sobre el mon tant mal vist del tabac i sobre el mon de la telefonia i movistar, però mai se sap. Si veniu farem que us sentiu com a casa vostre i estem al vostre servei la Montse, la Berta, la Ramona ,el Jordi i el Siscu. Pel que faci falta

divendres, 26 de febrer del 2010

Tener un Blackberry para marcar estatus

Una mujer, con un Blackberry.
Una mujer, con un Blackberry.
ANDRÉS Bermúdez

¿Me dices tu PIN?», es el ritual social de moda, la pregunta de rigor al momento de despedirse de alguien a quien acabas de conocer. Para los no iniciados, el PIN es el número de identificación personal que la compañía canadiense Research In Motion (RIM) asigna a cada Blackberry, el teléfono inteligente que trae de cabeza a los venezolanos.
Aunque fue creado para clientes corporativos, en Venezuela es el móvil preferido de toda clase de profesionales, trabajadores y estudiantes universitarios, procedentes de distintas clases sociales. ¿El secreto de su éxito? La facilidad para que los blackberristas se comuniquen entre ellos –PIN mediante– a través de una red propia extendida por todo el planeta. Ese factor diferencial, unido a los demás servicios propios de todo teléfono inteligente, como el acceso a internet y a sus redes sociales, ha hecho de los venezolanos verdaderos adictos a este aparato.
Las cifras hablan por sí solas. Según los datos de RIM, Venezuela supera a Europa en el uso de Blackberry en términos per cápita. Compañías de telecomunicaciones indican que en términos absolutos hay más móviles Blackberry en Venezuela que en España, donde hay 15 millones de habitantes más y cuyo PIB per cápita cuadruplica al de la nación caribeña.
Se calcula que en Venezuela hay unos 27 millones de móviles, de los cuales 5 millones son teléfonos inteligentes y, entre estos, hay más de 1 millón de Blackberry. El dato es más relevante aún considerando que el salario mínimo no llega siquiera a los 200 euros, mientras el precio de estos teléfonos oscila entre los 250 y los 800 euros. A pesar de ello, el Blackberry se ha convertido en la marca de referencia, no solo entre los teléfonos inteligentes, sino entre los móviles en general.
Con sus enormes atascos de tráfico, que han reducido la velocidad promedio de sus vías hasta los 15 kilómetros por hora, Caracas es una ciudad ideal para el uso del Blackberry, que permite recibir información de último minuto acerca de las novedades que puedan surgir en la vía (un accidente, un corte por una protesta callejera), así como mantenerse entretenido durante las muchas horas que los venezolanos se dejan cada día en sus traslados.
El Blackberry también otorga estatus social y eso en un país como Venezuela, cuyos habitantes suelen vivir por encima de sus posibilidades, es un factor determinante. Tener un Blackberry no solo mola, sino que hace sentir a su propietario parte de una comunidad, de una vanguardia social y tecnológica. En algunos gremios, como el de los periodistas, se considera como una rara avis a aquella persona que no tenga uno.
Esta afición, además de costosa, también implica ciertos riesgos. El elevado precio de estos móviles los hacen apetecibles para los ladrones. En noviembre pasado, delincuentes portando armas de fuego robaron un autobús del transporte público en el que la mayor parte de los pasajeros eran estudiantes de una universidad privada de Caracas. El botín: 20 Blackberry, cuyo valor de mercado equivale al menos a unos 5.000 euros.


el periodico

dimarts, 23 de febrer del 2010

David Pur: "Fumé hasta los 110 años, pero sin tragar el humo"

David Pur, un israelí que nació hace 115 años en Irán, es el hombre más viejo del mundo. Su secreto para la longevidad: "No perder el optimismo ni entregarse a la envidia"

Cuando nació, el imperio otomano era una potencia, Irán se llamaba Persia y el mundo no podía esconder su emoción tras la proyección de la primera película de cine. Ciento quince años más tarde, la familia de David Pur afirma que se trata del hombre más viejo de la tierra. Tres de sus nueve hijos que siguen vivos, 18 nietos y 56 bisnietos esperan la llegada de un enviado de Guinness que formalice el título de David.

Devoto. Aunque prácticamente no ve, David Pur sigue rezando de memoria los textos de las plegarias judías y de la Torá; "Tuve mucho tiempo para memorizar", bromea
Devoto. Aunque prácticamente no ve, David Pur sigue rezando de memoria los textos de las plegarias judías y de la Torá; "Tuve mucho tiempo para memorizar", bromea / Y. Kogut

Hace tres meses se mudó a un asilo en la ciudad israelí de Rehovot. Prácticamente no ve, pero continúa rezando de memoria todos los textos de las plegarias judías y de la Torá. "Tuve mucho tiempo para memorizar los escritos bíblicos", comenta sonriendo. Hace reír con sus chistes a toda la familia, que le visita a diario. "Lo principal es no perder el optimismo. Yo, que enterré a la mujer de mi vida hace 50 años y a seis de mis hijos, entiendo que no hay que permitir que la amargura se apodere de nosotros. Ni hay que envidiar". Y advierte, apuntando con el dedo: "Cuidado, mi niño. Los celos traen muchas enfermedades y al final te matan. No hay que correr toda la vida para lograr una casa más grande y un coche mejor. Debemos contentarnos con lo que hay".

David nació en Persia en 1895 y se convirtió en asesor del sha, que admiraba su dominio de idiomas, como el persa, hebreo, árabe, arameo y francés (a los que ha añadido el tagalo, que ha aprendido con los filipinos que le cuidan). Cuando habla con este diario se expresa en hebreo pero a veces vuelve a su idioma natal, sin darse cuenta. Sus nietos sirven de intérpretes. La familia Pur hizo su alia (ascensión, es decir, emigración) a Israel en 1948.

Hasta los 110 años el anciano fumaba, aunque asegura: "El daño era más reducido, porque nunca tragué el humo". Cada mañana a la hora del desayuno bebe un vasito de aguardiente y come frutos secos. "Lo mejor es no comer en la calle, porque vete a saber cuando cambian el aceite y sin saberlo tragas veneno. Yo evito la carne y los fritos y como muchas frutas y verduras", comenta.

Cada mañana hace sus plegarias junto a Moshe, que acaba de cumplir 100 años y a menudo parece perdido. Es su compañero mayor quien le cuenta.

David escucha las noticias en la radio y en la televisión. El nieto del anciano es un conocido general del ejército, Yoav Mordejai. David le da su opinión sobre la mentalidad iraní, su patria natal. "Hay que ser fuerte con el régimen de los ayatolás y no temerles", dice a su nieto., que se siente obligado a tranquilizar al abuelo.

Su hijo Salim, de 70 años, le acompaña a menudo y comenta tras un largo suspiro: "Mi padre al final lo resuelve todo con una sonrisa. Ya quisiera yo ser como él. Mientras él siempre es positivo y nos anima a todos, yo llevo años tomando antidepresivos..."

Hace diez años, una médico de 80 años, con la que tenía una relación cercana, le propuso casarse por segunda vez, pero David se negó. "Lo siento, ninguna mujer puede reemplazar a mi fallecida esposa", se excusó.


La Vanguardia